Se trata del derecho de ser quien queremos ser. Como un árbol, una persona, un país. Todos tienen el derecho a ser quien son. Cuando estamos en armonía con la Naturaleza, no tenemos genero.
En las sabias palabras del Profesor Jorge Paiva, licenciado en Ciencias Biológicas por la Universidad de Coimbra y doctor en Biología por el Departamento de Recursos Naturales y Medio Ambiente de la Universidad de Vigo, "la morfología de nuestro cuerpo y la de un árbol son similares. Tenemos cabeza, tronco, brazos y piernas. Los árboles tienen una copa, un tronco y unas ramas superiores, y unas ramas inferiores, las de la raíz.¡Y las flores también tienen sexo! Pueden ser hermafroditas, teniendo en la misma flor estructuras femeninas y masculinas, pero también flores con órganos femeninos y flores con órganos masculinos, por separado.Los árboles pueden reproducirse asexualmente, a través de ramas agitadas por el aire o fragmentadas por animales. Cuando estas ramas llegan al suelo en las condiciones adecuadas, germinan y forman árboles genética y morfológicamente idénticos al árbol madre.Luego están las plantas gimnospermas, que nacen de semillas. Sus granos de polen son transportados por el viento. Y las angiospermas, con flores que atraen a los agentes polinizadores: insectos, murciélagos y aves.Esta edición le muestra que en el corazón de los Parques y las Reservas Naturales del Centro de Portugal nadie tiene genero.