Cada azulejo cuenta una historia. Los azulejos forman parte de la identidad portuguesa y embellecen el país de norte a sur. Un testimonio de la influencia duradera de la cultura y el patrimonio árabes en Portugal. Pueden ser coloridos, históricos y artísticos. Todos con un denominador común: demostrar la importancia subyacente de la mezcla cultural en la definición del propio país.
Desde la costa hasta el interior, hay todo un legado sorprendente que desvelar.En Óbidos, le mostraremos la hermosa Iglesia de Santa María, una verdadera referencia en la historia de los azulejos en Portugal.Coimbra fue en su día la capital del reino y sigue siendo un bastión de la historia y el conocimiento, sede de una de las universidades más antiguas del continente europeo. La Iglesia de Santa Cruz es el Panteón Nacional -donde se encuentran las tumbas de D. Afonso Henriques y su hijo D. Sancho I- y sorprenderá a sus visitantes por su patrimonio de azulejos.Cerca de Viseu, concretamente en el noble pueblo de Santar, famoso por su producción de vino, descubra los impresionantes jardines y los singulares azulejos de la Casa de Santar e Magalhães, propiedad de los Condes de Santar.El Bussaco Palace es uno de los hoteles con más encanto de Portugal. Sus paredes, copiosamente cubiertas de azulejos, cuentan las historias de la Historia de Portugal.Aveiro, baluarte del arte nuevo, alberga innumerables ejemplos de la belleza de los azulejos portugueses. El Museo de Arte Nuevo es sin duda un ejemplo inspirador de la incesante belleza del azulejo portugués.Y por último, Ovar, en la región de Aveiro, es un auténtico museo del azulejo al aire libre. Sus encantadoras casas cubiertas de azulejos de colores, en una verdadera profusión de dibujos y motivos, hacen de Ovar una visita obligada, al igual que la impresionante iglesia de Válega, cubierta de azulejos multicolores.